HUELMA: "LUMBRES DE S. ANTÓN Y LA CANDELARIA"...

Cada 16 de enero y 2 de febrero, vísperas de S. Antón y S. Blas se siguen celebrando las tradicionales fogatas  invernales, si bien han disminuido en número no se han perdido, como es el caso de esta fotografiada en  la Plaza Nueva junto al "Rincón del Pósito", (frente a donde estaba la puerta de la antigua casa del marques, o "Casa Grande" como se la conocía popularmente),  donde un grupo de vecinos vuelven cada año a cumplir con la cita de las candelas, se comparte con el que se acerca un trago de vino y un trozo de marrano asado en sus ascuas.
Esta costrumbre fué traida a esta zona por los repobladores a partir de los siglos XIV y  XV, el fuego de invierno tiene un valor purificador, ayudando al débil sol invernal facilitando luz y calor, expulsando las tinieblas, el frío y las enfermedades.
S. Antón es protector de los animales domésticos y vencedor de las fuerzas infernales, en Huelma a la vez que se saltaban las lumbres cuando niños se decía "S. Antón que nos guarde el lechón" y "S. Blas que nos guarde el tragapán", ya que este santo tiene mucha relacción con las afecciones de garganta. Este hecho de saltar las hogueras recuerda un antiguo ritual de prevención y curación de dolores por el sentido purificador del fuego.
Se trata pues de una bonita mezcla de rituales anteriores al cristianismo que se fueron adaptando a los tiempos.