y nada mejor para celebrarlo que con el resumen de un magnífico trabajo, publicado en la Revista de Estudios sobre Sierra Mágina y firmado por Amable Vico Vico. En la fotografía aparece la casa donde estuvo el Colegio Menor de Huelma.
El Colegio Menor de Huelmna fué la obra benéfica más destacada que tuvo la villa durante todo el siglo XVI. Su relevancia radica, más que en su dotación económica, en lo novedoso de la empresa, impregnada del espíritu reformador del maestro Juan de Ávila.
Además de las numerosas escuelas o centros catequéticos que él inspiró, los principales colegios que se conocen son: Baeza, Úbeda, Beas, Huelma, Cazorla, Andujar, Priego, Sevilla, Jerez, Cádiz y Écija; los tres convictos para clérigos de Granada, Córdoba y Évora en Portugal; y el colegio del Corpus Chisti de Alcalá de Henares.
EL COLEGIO DE DOCTRINA CRISTIANA DE HUELMA.
El 4 de septiembre de 1559 el pueblo de Huelma, representado por el personero municipal Andrés de Quesada, propuso a los señores Concejo, Justicia y regimiento de la villa que aceptasen ser Patrones del colegio de doctrina cristiana.
El 8 de septiembre de 1559, día de Nuestra Señora de la Natividad, se volvieron a juntar en cabildo abierto, para elegir el copatrón que debía encargarse durante un año de lo tocante al colegio. Fué elegido por medio de un sorteo entre cuatro opositores: Pedro de Leiva, Juan de Ortega de la Plaza Nueva, Francisco Hernández de las Peñas y Juan de Sanjuan Catena. El agraciado fué Pedro de Leiva, quien a su vez eligió otro ayudante, Hernando de Alonso de Martos. Tambien se acordó que este cabildo abierto debía hacerse todos los años el día de Nuestra Señora de Septiembre.
OBRA PÍA DE RODRIGO GARCÍA.
Para dicha obra se reservó una dotación económica de quince mil maravedís establecidos sobre una huerta, moraleda y un majuelo anexo. El fundador depositaba la responsabilidad de la obra sobre los patrones para que éstos velasen por la heredad y la administraran honestamente, a fin de que rentase anualmento los maravedís estipulados. Se insistió en que si esto no fuese posible se extrajese de sus bienes lo que faltase, pero si rindiera más de lo fijado "la tal demasía habo gracia al dicho colegio para ayuda a sus gastos e sustento e perpetuación". Dicha cantidad iba destinada a pagar al rector del colegio y estaba desglosada en dos montantes: doce mil maravedís para enseñar las primeras letras y la doctrina cristiana a los niños y niñas de la villa y los tres mil restantes en misas.
No obstante, la riqueza de esta escritura no acaba aquí, pues contenía una serie de condiciones establecidas en ocho capítulos:
1. Los patrones del colegio debían elegir un rector que fuese sacerdote, "hombre de buena fama, sabio, recogido y honesto". La misión fundamental del rector era enseñar gratuitamente la doctrina cristiana. Y debía acoger a todos los niños de la villa, "e todos los demás que de fuera quisieren venir a aprender leer y escriuir la doctrina cristiana", que se entiende "niños e niñas, mozos y esclavos y qualesquier otras personas". Las clases se debían impartir, en un principio en las igleias de la villa, durante todos los domingos y fiestas de guardar del año, a excepción de los meses de julio y agosto que quedaban reservados para que los niños ayudaran a sus padres en la siega.
2. El sacerdote estaba obligado a decir una misa todos los domingos y fiestas de guarda, así como el día de Santa Ana, por el alma de Rodrigo García y de todos sus difuntos. Todas ellas debían celebrase en la ermita de Santa Ana, antes de la misa principal de la iglesia mayor. " attento a que muchos pobres ansí hombres como mujeres vecinos desta villa no tienen mantos ni capas e tienne verguenza de ir a orir misa a la iglesia mayor, e diziéndoloseles esta missa de mañana la puedan ir a oir e gozar del beneficio, cumpliendo el mandamiento de la santa yglesis que nos manda oir missa los domingos e fiestas de guardar".
3. El sacerdote debía decir otra misa todos los viernes del año, esta vez por la intención que el rector estipulara, porque lo que realmente se pretendía era"que los pobres vergonzantes oigan missa, e rueguen a dios por si e por la sancta yglesia".
4. Los patrones eran los únicos que podían solicitar un sacerdote al rector del colegio de Baeza, así como pagarle lo establecido. Era este colegio el que debía de nombrar el rector del de Huelma.
5. Los patrones podían nombrar al rector del colegio de niños tantas veces como estimaran oportuna.
6. El fundador pretendía que ninguna persona, ya sea seglar o eclesiástica, pudiera alterar esta disposición.
7. Por cuanto el Concejo de la villa pretendiía edificar el colegio y no encontraba un lugar apropiado, Rodrigo García donó un solar que tenía a las espaldas de la Casa Consistorial. Dicho solar incluía los derechos de la mitad del agua que aquel tenía y que provenía del nacimiento del Chopo, en las proximidades de la villa.
8. Y para llevarlo todo a efecto nombró como patrones de la obra pía al Concejo municipal, y como copatrones a Pedro de Leiva y al fundador Rodrigo García -para que después de sus días le sucediera su hijo Pero García y, así sucesivamente, todo su linaje por vía masculina-.
Después de haber expuesto los estatutos de la carta fundacional podemos estraér varias ideas:
Sin lugar a dudas el colegio menor se presenta ecomo una institución con gran vocación de servicio al pueblo de Huelma, y tanto en sus formas como en sus ideas presenta muchos rasgos reformadores y novedosos que imprimen el espíritu de San Juan de Ávila. Los niños , que ya desde temprana edad debián ayudar a sus padres en las labores agrícolas, fueron objeto de actuación fundamental, pues aquel gran reformador entendía que era en esta temprana edad cuando se formaba moral e intelectualmente la persona.
Esta educación integral estaba destinada "a todos los niños e niñas, mozos y esclavos" lo que confirma que este colegio nace dentro de una visión no sexista y aglutinadora, tan novedosa en la actualidad, teniendo en cuenta que los mozos y esclavos estaban considerados inferiores estamental y socialmente. Vocación integradora y de amplia difusión territorial ques incluía a los niños de Huelma "e a todos los demás que de fuera quisieren venir a aprender leer y escreuir y la doctrina cristiana".
Esta noble causa incluía una capellanía en la ermita de Santa Ana con un nítido objetivo piadoso: que los "pobres vergonzantes" del pueblo, que no tenían "mantos ni capas" para ir a la misa dominical de la parroquia y que, por tanto, no querían asistir por vergüeza, lo pudiesen hacer en esta ermita alejada del centro urbano, cumpliendo así con el precepto de la Iglesia. Es interesante comprobar que aquella celebración iba dirigida no solamente por el alma del fundador y sus familiares, algo que era común en todas las capellanías, sino que también tenía la intención de rogar a dios por la paz del mundo, por la Igleisa y por las cabezas que la rigen, lo que implicaba que el fundador tenía un hondo sentido religioso y , si se quiere, ecuménico. La profundidad de esta obra pía incluía otra misa en dicha ermita que el capellán-rector debía decir los viernes de cada semana, estando de nuevo destinada a los pobres de la villa, par que estos rezasen pos sus almas.
Dicho sacerdote era nombrado por el rector del colegio de niños de Baeza, que recordemos fué fundado en 1538 a iniciativa del sacerdote Juan de Ávila y que en 1542 se transforma en Universidad. Por el Primer Libro de Cuentas de la Universidad de Baeza sabemos que uno de los primeros rectores del colegio de Huelma, si no el primero, fué Juan Jiménez, veterano regente de la Cátedra de Mayores de Gramática , que figura en Baeza hasta 1556 y que pasó luego a los colegios avilinos de Huelma y Beas.
Con respecto a las clases, se impartieron primero en las distintas iglesias de la localidad hasta tanto no se construyeron las escuelas en el solar que donó el fundador Rodrigo García: que estaba a las espaldas de la casa donde vivía y que daba a las "Calles Reales", la actual calle Ancha, por encima del Cabildo, Carcel y pilar de la plaza, y en un lateral de la iglesia mayor de Santa María . Se encontraba por tanto en el centro de la villa.
EL COLEGIO MENOR DE HUELMA: UN EJEMPLO NOVEDOSO DE REFORMA EDUCATIVA EN PLENO SIGLO XVI
Amable Vico Vico.
Revista de estudios sobre Sierra Mágina.Puedes leerlo completo clikeando en el siguiente enlace:
http://www.cismamagina.es/pdf/22-08.pdf
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